Cuando hemos perdido la fe en Morrigan

septiembre 29, 2020

A veces no siento a Morrigan cerca. No siento su energía o su presencia.

¿Dentro de tu recorrido sacerdotal o sobre el Sagrado Femenino te ha pasado alguna vez que has perdido la fe?

Morrigan me habla sobre la desconexión que sufrimos cuando nos metemos en esta matrix y vivimos en ella: nuestra parte divina es apartada y toma fuerza nuestra parte más terrenal.

Nuestras preocupaciones, el quehacer de todos los días, la energía de violencia camuflada y normalizada que hay a nuestro alrededor, nuestras distracciones... Todo ello forma una bruma espesa que nos rodea y que impide que nos lleguen inspiraciones y sensaciones más limpias, divinas y de alto nivel.

Por eso Ella (me) insiste en mantener estos momentos de desconexión de esta realidad a través de su Luz y su Llama, para poder ir saliendo poco a poco de esta bruma e ir conectando en mi corazón con Ella y con mi parte divina.

¿Cómo sé que está conmigo?

Cuando siento calma, tranquilidad, cuando siento fuerza y energía para hacer las cosas, cuando comienzo a poner límites a aquello que me hace daño, cuando alzo y muestro mi voz ante los demás, cuando una pequeña voz me guía hacia dónde, cuando en medio de la incertidumbre encuentro algo que me da certezas, cuando encuentro a la persona adecuada...

No es tanto "escucharla" sino que me fijo en el día a día, allí es donde está Ella, en todas las cosas.

La Guardia de su Llama y la honra hacia Ella es un puente directo que a veces podemos cruzar y escucharla, y a veces no podemos cruzar porque no toca, porque estamos demasiado aturdidos o porque esperamos demasiado de Ella.

En cualquier caso, Morrigan está en tu día a día.

¿Dónde la puedes ver?

¿En la fe que te acompaña cada día a pesar de los invites que la vida te pueda dar?

¿En conservar el amor y la esperanza a pesar de vivir rodeado de violencia - en las redes, en la tele.. -? ¿Dónde está Ella, dónde la ubicas?

A mí me calma saber que, aunque hay veces que no la siento en toda su plenitud porque yo estoy demasiada ofuscada aquí en esta realidad, la Llama de mi corazón no se va a apagar nunca y es la que me guía en momentos de oscuridad. Así ha sido otras veces y seguirá siéndolo.

Gracias por seguir honrando a Morrigan, su culto, sus artes ancestrales, a pesar de los días en los que la fe se ha perdido por el camino.

Sandra Gamero
Guardiana Madre de la Llama de Morrigan