Biografía de Bert Hellinger
enero 21, 2020Bert Hellinger nace en Leimen, Baden-Württemberg, en Alemania el 16 de diciembre de 1925, en el seno de una familia católica muy ilustrada. Tenía un hermano mayor. Él considera a sus padres y a sus primeros años en casa como la primera y principal influencia en todo su trabajo. Una fe muy personal y una gran cultura alejaron a su familia de las creencias del Nacional Socialismo.
Debido a sus repetidas ausencias a las reuniones de la organización de Hitler para la juventud y su participación en una organización ilegal católica, Bert Hellinger estaba vigilado por la Gestapo y fue clasificado como "Sospechoso de ser un enemigo del pueblo”. No fue arrestado gracias a que muy pronto, a los 17 años, fue reclutado por las fuerzas armadas.
Vivió la realidad del combate durante un año, luego fue prisionero de guerra en un campo americano de prisioneros en Bélgica. Experimentó la dureza de la venganza ejercida sobre los presos. Al año se escapó y consiguió volver clandestinamente a su casa al cabo de meses de huida. Su madre, que estaba esperando al otro hermano, al abrirle la puerta le dijo: ¡Ah, eres tú! Estaba esperando al hermano que desapareció para siempre, engullido por la guerra en la terrible batalla de Stalingrado.
La segunda influencia importante es que, ya en su niñez, con certeza, deseaba ser sacerdote. Sus padres accedieron a que, con diez años, ingresará en un seminario para jóvenes. A los 20 años, en 1945, inmediatamente después de escapar del campo de prisionero, entró en una orden religiosa católica y empezó un nuevo y largo proceso de purificación silenciosa de cuerpo, mente y espíritu; estudiando, contemplando y meditando.
Estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Würzburg en Alemania (1947-1951) y Pedagogía. Decide terminar sus estudios en Sudáfrica para empezar a ejercer su vocación entre los Zulúes, como misionero de la Orden de Mariannhill, Orden trapense que sigue las reglas de San Benito. Obtiene el grado de B.A. en la Facultad de Artes de la Universidad Natal de Sudáfrica (1953-1954). Estudió un año más en la Universidad de Sudáfrica donde obtuvo un grado académico en Educación Universitaria.
Sus 16 años de convivencia con la cultura Zulú también dejaron huellas profundas en su trabajo de Constelaciones Familiares. Allí dirigió un gran internado donde era profesor al mismo tiempo que cura de una parroquia. Comenta con satisfacción que el 13% de todos los negros sudafricanos que eran universitarios en Sudáfrica en esa época, habían sido estudiantes de su escuela misionera. Aprendió la lengua Zulú lo suficiente como para dar clases y dirigir el internado.
El respeto a los mayores que había aprendido en su familia se vio confirmado por la cultura Zulú. Gracias a su convivencia con varias culturas, la suya, la del poder “blanco” de Sudáfrica y la de sus alumnos Zulúes aprende a relativizar los valores culturales y extraer lo esencial relativo al respeto de la dignidad de los seres humanos.
Observó que muchos de los rituales y costumbres Zulú tenían una estructura y una función similar a los elementos de la misa católica, que honraban las experiencias humanas más significativas. De esos años quedó la comprensión de ideas fundamentales: “Hay diferentes maneras equivalentes de hacer las cosas”, y “Lo Sagrado es omnipresente”. Consiguió integrar la música Zulú y su ritual dentro de la misa. Podemos resaltar su actitud constante de insumisión a los dogmas y reglas que no respetaran la dignidad de los estudiantes y sus familias y su práctica de los Órdenes del Amor, más de treinta años antes de darles nombre. Ahí también, aprendió la necesidad fundamental de los seres humanos de alinearse con las fuerzas de la naturaleza.
Otra influencia importante fue su participación en un curso inter-racial y ecuménico de dinámica de grupo, dirigido por Clérigos Anglicanos. Ellos trajeron de América una nueva forma de trabajar en grupos, la Dinámica de Grupo, que valoraba el dialogo, la fenomenología y las experiencias individuales humanas. Bert Hellinger experimentó por primera vez la grandeza de la fenomenología aplicada a una nueva dimensión de cómo cuidar de las almas.
Otro hito en la orientación de su misión se debió precisamente a una de las sesiones de dinámica de grupos. Uno de los instructores le preguntó en el grupo, "¿Qué es más importante para ti, tus ideales o la gente? ¿Cuál sacrificarías?" Este ponente les pidió que se hiciesen todos esta pregunta y esperasen al día siguiente para dar su respuesta. Bert se pasó la noche sin dormir. Posteriormente comentó: "Le fui muy agradecido por haberme hecho esa pregunta. De alguna forma esta pregunta cambió mi vida. Pues esa orientación fundamental hacia las personas ha dirigido todo mi trabajo desde entonces. Una excelente pregunta digna de todo".
En una estancia en Alemania, descubre la Gestalt y es el primer cliente de la “Silla caliente”. Explica que gracias a este ejercicio descubrió que el sacerdocio para él había terminado. Entonces decidió esperar, sin prisa, que fuese el momento oportuno de dejar la orden religiosa. Describe cómo gradualmente se dio cuenta de que ser sacerdote no era la expresión más apropiada para su crecimiento interno. Así, en 1970, a los 45 años, consiguió despedirse de 25 años de compromiso religioso, en paz y de común y amistoso acuerdo.
Volvió a Alemania y empezó su formación psicoanalítica en Viena, Austria.
Conoció a su primera esposa, Herta, psicóloga y ex monja como él. No tuvieron hijos.
El Psicoanálisis fue entonces una influencia importante. Así como lo hacía con todo, se metió de lleno en su estudio psicoanalítico, leyendo la obra completa de Freud y mucha literatura relevante. Pero cuando su instructor le dio una copia del “Grito primal” de Janov que le descubre el trabajo terapéutico a través del cuerpo, se dio cuenta de que un libro no era suficiente y que necesitaba conocer personalmente a Janov y experimentar su terapia del grito primal.
Visitó a Janov en los Estados Unidos, en Los Ángeles, California, y en Denver, Colorado. Se quedó nueve meses para terminar un entrenamiento completo. Cuando volvió a Alemania, la comunidad psicoanalítica de Viena no vio con buenos ojos su praxis de incluir una terapia con enfoque corporal “el grito primal” al psicoanálisis de sus clientes. Y de nuevo se preguntó: “¿Qué es más importante, lealtad a un grupo o el amor a la verdad o a la pregunta?” El amor a preguntar con libertad ganó, y una separación del Psicoanálisis se hizo inevitable; aun así recibió el título de Psicoanalista, aunque no del instituto de Viena.
La eficacia que consiguió con la psicoterapia con enfoque corporal le orientó profundamente y lo corporal se transformó en un elemento decisivo de sus terapias fenomenológicas.
Entonces, él y su mujer decidieron ir a vivir a Estados Unidos, donde el mundo terapéutico estaba en plena efervescencia.
Muchas escuelas terapéuticas tuvieron una gran influencia en el trabajo de la pareja.
Se habían especializado en Gestalt con Ruth Cohn e Hilarion Petzold.
Conoció a Fanita English durante este periodo, y a través de ella y con el trabajo de Eric Berne, se introdujeron en el Análisis Transaccional. Su trabajo con el análisis de «guiones » le permitió descubrir que algunos de esos guiones se transmiten de generación en generación en las familias y se manifiestan en pequeños que nunca vivieron los hechos que les traumatizan. Empezó a utilizar un enfoque sistémico.
Junto con su esposa Herta, integró lo que había aprendido de la Dinámica de Grupo y el Psicoanálisis con la Terapia Gestalt, Terapia Primal y Análisis Transaccional. La pareja se formó a las diferentes terapias breves del momento y sus intervenciones eran cada vez más certeras y breves.
Se acercaron a las formaciones en terapias sistémicas familiares. El libro de Ivan Boszormenyi-Nagy - Invisible Bonds (Vínculos Invisibles), su reconocimiento de las lealtades ocultas y su necesidad de mantener un equilibrio entre dar y tomar en familias, les impactó.
Se capacitaron en Terapia Familiar con Ruth Mc Clendon y Leslie Kadis. Ahí fue donde por primera vez conocieron las constelaciones familiares. "Yo estaba muy impresionado por su trabajo, pero no podía entenderlo. Sin embargo, decidí que yo quería trabajar sistémicamente. Después empecé a pensar en el trabajo que había estado haciendo y me dije, también es bueno. No voy a renunciar a eso antes de que realmente haya entendido la Terapia Sistémica Familiar. Así que seguí haciendo lo que había hecho. Un año después pensé de nuevo en eso, y me sorprendí al descubrir que estaba trabajando ya de una manera sistémica".
El leer el artículo de Jay Haley acerca de “El triángulo perverso” les permitió descubrir la importancia de la jerarquía y el orden en las familias. Continuaron el trabajo en la Terapia Familiar con Thea Schönfelder y en Hipnoterapia y Programación Neurolingüística (PNL) con Milton Erickson, del que Bert tomó el uso de las historias en sus terapias. También se acercaron, con mucho provecho, a la Terapia Provocativa de Frank Farelly y a la Terapia de Contención de Jirina Prekop.
Bert tiene la fuerza de lanzarse a situaciones totalmente nuevas y de sumergirse en ellas. Cuando ya domina algo, tiene que abrirse a otras cosas. Duda de todo y no acepta nada sin una verificación empírica previa del fenómeno. Su insistencia en ver lo que realmente es, combinada con la constante lealtad y confianza en su sensación interna, el dolor físico que le provoca lo “falso” y la fuerza que le da lo real, le guían con seguridad.
Su compañero filosófico en este “largo camino” ha sido Martin Heidegger: la búsqueda profunda de Heidegger por las verdaderas palabras que resuenan en el alma, tiene su correspondencia cuando los clientes tienen que decir frases en las constelaciones que anuncian el cambio para algo mejor, señalando el flujo renovado del amor. Otros compañeros son la poesía y la música. Es importante reseñar su vibración con Rilke y su devoción por la ópera de Wagner.
Sus comprensiones y su libertad de pensamiento le permiten descubrir la riqueza de la fórmula de representar al sistema familiar por otras personas, técnica que estaba ya en uso cuando la empezó a practicar (Jodorowski padre ya utilizaba la representación desde los años 1930) pero que sólo él fue entendiendo el significado profundo de esta representación.
Gracias a su percepción fenomenológica, va tomando conciencia de lo que hay detrás de la realidad aparente, detrás de los conflictos y del sufrimiento, detrás de la paz y de la felicidad. Trabaja en y con los campos morfogenéticos, descubriendo las leyes sistémicas del amor, "los órdenes del amor", el papel de la conciencia moral, la dinámica profunda del movimiento sanador.
Su método está en continua evolución.
A partir de 1999, gracias a su observación fenomenológica descubrió el “movimiento del alma” o movimiento inherente al campo en busca de su homeostasis, movimiento que se manifiesta a través del inconsciente, del lenguaje corporal y de los efectos que tiene en nuestras vidas. Descubre que los representantes son movidos por una fuerza de reconciliación al servicio de la sanación del cliente. Ese movimiento de los representantes que lleva a la sanación lo llama primero movimientos del alma, y posteriormente, movimiento del espíritu.
De vuelta a Alemania con su primera mujer donde trabajan juntos durante varios años, conoce a Marie Sophie, con quien se casa unos años mas tarde. La vida y la visión de Bert toman entonces un nuevo vuelo: acepta escribir, empieza a viajar, organiza formaciones, tiene la comprensión del movimiento del alma, del significado de la conciencia moral y del orden del amor de la Pertenencia (hasta entonces, él pensaba que todos pertenecían menos los asesinos y los que habían abandonado a sus hijos; a partir de ahora, 2002-2003, todos sin excepción pertenecen, la conciencia moral y sus juicios son la manifestación de nuestra energía asesina), y paralelamente al movimiento del espíritu, sus constelaciones dejan de ser psicoterapias y devienen en una herramienta al servicio de la vida, reflejo de su filosofía.
Uno de sus mayores descubrimientos ha sido entender el rol de la conciencia moral.
Este descubrimiento es tan desestabilizador que estuvo varios años estudiándolo, para obtener la seguridad de su comprensión, observando una y otra vez la presencia de la buena conciencia detrás de los conflictos y agresiones, tanto entre individuos como entre grupos y países, antes de sacar a la luz sus conclusiones. Descubrió que la buena conciencia es un órgano fisiológico que sirve de cemento social, evitando las singularidades, separaciones y tomas de autonomía. Uno tiene mala conciencia cada vez que actúa de forma independiente de alguien o de un grupo, por lo contrario siente buena conciencia siempre que refuerza su pertenencia, bien sea de amistad, amor o solidaridad.
De hecho, observó que usamos la justificación moral "estoy en mi derecho" "es mi deber" "eso es bueno, lo otro es malo" cada vez que estamos actuando sin amor con alguien, o sea cada vez que hacemos daño a alguien…
Hacia 2003, Bert distingue entre movimiento del alma y movimiento del espíritu. Los movimientos del alma serían los movimientos de la conciencia, de lo que crea las intrincaciones y compensaciones arcaicas. Mientras que el movimiento del espíritu es la conexión con una energía en movimiento, una energía de amor que procede de fuera, de más allá de lo sistémico y que hace fluir la fuerza sanadora en la Constelación. De ahí nacen las Constelaciones del Espíritu o Nuevas Constelaciones, como le gusta a Bert llamarlas. Son constelaciones en las que el constelador conecta con algo más grande y deja hacer. La eficacia es cada vez mayor y más global.
En 2005 elabora un nuevo corpus científico "la Hellinger Sciencia".
Es la ciencia de la organización de la vida humana, fruto de complejas intrincaciones, solapamientos y fidelidades, siempre movidas por el amor, resultado de las fuerzas sistémicas del Campo. Al Campo pertenecemos todos por igual, vivos y muertos, conocidos y desconocidos. Tal como lo explica la física cuántica, todos estamos interconectados.
La Hellinger Sciencia descubre y describe los principios sistémicos, que crean las condiciones para la existencia del amor y permiten fluir el éxito en todos los campos de la vida.
"La Hellinger Sciencia lleva consigo una dimensión suplementaria, la dimensión espiritual que nos empuja más allá de los conocimientos directamente comprensibles respecto a los órdenes y desórdenes en nuestras relaciones. Únicamente a través de aquella dimensión se puede percibir su sentido universal y los efectos que de ella emanan en todos los ámbitos de la existencia.
¿Qué es este conocimiento del espíritu y cuáles son sus dimensiones? La observación es la herramienta para descubrirlo y detectar sus efectos: nada de lo que existe se mueve por sí solo. Todo es movido por algo que viene de más lejos. Aún si aparentemente algo se mueve por iniciativa propia, al igual de todo lo que vive, su movimiento no puede originarse en sí mismo. Cada movimiento, tratándose de todos los seres vivos, se inicia en un movimiento de afuera y sigue movido por él ininterrumpidamente a lo largo de lo que dure su vida.
Algo más pide un instante de reflexión.
Cada movimiento, sobre todo cada movimiento vivo, es un movimiento consciente. Esto presupone una conciencia presente dentro de aquella fuerza que lo mueve todo. En otros términos: cada movimiento es un movimiento intencional. El movimiento se mueve por ser así la intención de aquella fuerza, obedeciendo a cómo esta fuerza lo requiere.
¿Entonces, qué hay en el origen de todo movimiento?
Un pensar, que lo piensa todo tal como es".
Revista Hellinger marzo 2007
En ese pensar está el origen de toda sanación.
Y reconocer las cosas como son y asentir a todo como es, permiten sintonizar con ese pensar y su fuerza sanadora.
Sus observaciones fenomenológicas, por ejemplo sobre la relación terapéutica y la contra transferencia, aportan mucha luz y eficacia a la psicoterapia, a la vez que desestabilizan y levantan polémica: pronto le echan de la Asociación Internacional de la Gestalt, los psicoterapeutas y psicoanalistas le temen, es excluido de la intelligentsia europea…
Las Constelaciones Familiares se han extendido por el mundo entero, a la vez que Hellinger siguió evolucionando, alcanzando nuevas tomas de conciencia y constelando de un modo cada vez más sobrio y potente.
En sus talleres, el deseo de Hellinger es transmitir sus conocimientos sobre la herencia familiar, el amor, la felicidad, la paz, la salud y el éxito en los distintos campos de la vida. Su anhelo es que las "nuevas Constelaciones familiares", basadas en la sintonía con la vida como es y la entrega del terapeuta a algo más grande, expandan su ámbito de sanación, pacificación y crecimiento.
En diciembre 2010 Bert Hellinger celebra su 85 cumpleaños al término de un entrenamiento internacional en Badreichenhall, Alemania. En la comida homenaje, Bert estaba sentado con Herta, su primera mujer, a su izquierda y Sophie, su segunda esposa, a su derecha, exponiendo así la completud de su vida. Unos meses más tarde en la Ciudad de México, anunció, en el entrenamiento internacional que dirigía bajos los auspicios del CUDEC, que cedía la dirección de las Constelaciones Familiares a su esposa Sophie.
Desde entonces interviene cada vez menos, respetando la nueva orientación que Sophie imprime a las Constelaciones Familiares.
Sin embargo son de señalar dos momentos en los que resurgió el Gran Hellinger, deseando, con vehemencia, abrirnos a otra dimensión, para que dejemos de practicar las constelaciones primeras y nos entreguemos a las nuevas constelaciones. Uno fue en 2013 y otro en 2016. En 2013, durante unos meses, vuelve a mostrar la conexión de las nuevas constelaciones, a las que llama constelaciones Mediales, con otro nivel.
En 2016, en Viena, en un entrenamiento a las nuevas constelaciones, una meditación nos muestra a donde nos lleva de nuevo durante ese año: Cerrad los ojos. Miramos una situación específica en nuestro trabajo de constelaciones. Sin intención, simplemente dejándonos llevar con amor hacia otra dimensión.
Hellinger ha penetrado, con rigor, en el campo del conocimiento, lo que le permite elaborar una nueva filosofía y una nueva visión coherente de todos los aspectos de la vida. Entre ellos, una nueva visión sobre la felicidad, el éxito, el amor. La era renacentista del Individuo, solo frente a su destino, frente a sus decisiones individuales y su "cogito ergo sum" han muerto; está naciendo – desde principios del siglo XX – la era del Campo, que se llame cuántico, morfogenético, sistémico, Conciencia familiar o Conciencia del espíritu.
El campo creado por Bert Hellinger no cesa de crecer y enriquecerse. La fuerza de la resonancia mórfica orienta a miles de consteladores, aparentemente desconectados los unos de los otros, hacia una misma dirección al servicio de la vida.
Bert Hellinger ha escrito 64 libros traducidos a 25 idiomas.
El círculo
“Después cuenta que lo que hicimos en el
tiempo,
Con el tiempo se nos escapa,
Como si perteneciera a otro tiempo.
Donde creíamos actuar,
Tan sólo éramos levantados como una
herramienta,
Usados para algo que va más allá de
nosotros,
Y luego, puestos a un lado de nuevo.
La despedida nos encuentra concluidos.
Justo cuando la fruta madura cae, suelta aquello que sirve al futuro.
Cuando la saboreamos tal vez olvidamos que sólo es la cáscara que rodea aquello
que sigue teniendo un efecto. Y así en ella se condensa aquello que fue antes y
aquello que aún está por venir".
Círculo cumplido el jueves 19 de septiembre de 2019. Bert vuelve al origen.
Brigitte Champetier de Ribes
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