El culto a una Diosa no se busca: Ella te encuentra
septiembre 17, 2019
Durante mucho tiempo estuve investigando sobre el culto a la Diosa e incluso comencé varias formaciones de Sacerdotisa de la Diosa que no llegaron a su fin.
Siempre me había atraído la energía de la Diosa Cerridwen, es más, estuve un tiempo sintiendo su caldero, haciendo meditaciones con Ella y conociendo más en profundidad mi propia sombra gracias a las experiencias que Cerridwen traía a mi vida.
Fue un camino con mucha dificultad, doloroso y a la vez también con mucho aprendizaje sobre qué era lo que quería y no quería en mi vida.
Más tarde me interesé también por la energía de las Diosas de Avalon, cada una nos aporta un aspecto y una cara de nuestra Gran Madre como reflejo de nosotras mismas.
Fui conociendo a cada una de Ellas haciendo un recorrido precioso donde experimenté los ciclos celtas y la energía femenina que los acompañan. En este proceso comencé a recordar mis orígenes celtas y mi sabiduría antigua.
Estuve varios años sin resonar con ninguna Diosa en particular, simplemente celebrando los ritos celtas en soledad y conectando mucho con la energía de Avalon en mi vida diaria.
Mi misión era traer la magia, la inspiración, la alegría y la conexión con el Todo a nuestra vida diaria. No quería depender de viajes a Avalon para contactar con lo genuino y la sabiduría antigua que hay en mí.
Por eso comencé a impartir formaciones sobre esta temática.
Estuve un tiempo sin rendir culto a ninguna Diosa en concreto, contactando con la Gran Madre, la Diosa de las mil caras y contactando con las mil caras que también habitan en mí: mi parte oscura, la madre interna que hay en mí, mi parte sensual y sexual, mi parte instintiva, la mujer mágica que soy...
Experimentando a nuestra Gran Madre, podremos experimentar la totalidad de nuestro ser.
Al cabo del tiempo, comencé a recibir inspiración y comunicación de dos caras de nuestra Gran Madre, dos Diosas en particular que necesitaba en mi vida y que aparecieron para enseñarme grandes lecciones: la Diosa Brighid y Morgana le Fey.
Al cabo de los años, dos Diosas más irrumpieron mi vida para enseñarme más caras de mi misma que necesitaba explorar: la Diosa Isis y la Diosa Hestia.
Todas ellas me acompañan desde entonces.
Las Diosas eligen a sus Sacerdotisas: aquellas mujeres que están abiertas a recibir sus bendiciones y preparadas para aprender sus lecciones.
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