Tendemos a dar a los demás cosas que no nos han pedido. Ya sea una opinión, un punto de vista, algo material...
Cuando este dar surge de forma espontánea y orgánica, nada forzado, y es adecuado al contexto presente, normalmente este dar se agradece.
Es un regalo que hacemos al otro con el corazón. Y es un dar generoso, no se busca nada detrás ni tampoco una devolución. Es un dar que libera y une.
👉 Pero hay otras formas de dar que surgen del miedo al rechazo, a la necesidad de aprobación o reconocimiento, a la necesidad de expresar que no nos permitimos, al miedo a no ser amados o vistos... y que desequilibra la relación que mantenemos con el otro.
A veces hasta podemos obligar al otro a recibir algo que no necesita o ha pedido.
Este dar, fuera de contexto y forzado, y que sirve exclusivamente a la necesidad del dador, no suele ser bien recibido.
El otro no puede tomar o recoger lo que le damos, por ser demasiado, por ser algo que no necesita o porque no sabe qué hacer con ese regalo envenenado.
A veces la persona se ve forzada a recibir ese "regalo" con la obligación de darle al otro algo que no le nace. Así empieza el desequilibrio y posiblemente los conflictos entre dos personas.
🙏 Solemos depositar en el otro nuestras carencias afectivas y nuestras necesidades más genuinas. Que nos dé amor y cariño para que el vacío que sentimos se llene, que nos mire para saber que existimos y que nos reconozca para saber que valemos.
Para equilibrar este dar y recibir sugiero:
1. Revisar la relación con los padres. Es donde se suele dar el mayor desequilibrio en nosotros, ya que nunca les podremos devolver lo más grande que nos han dado: la vida.
2. Hacer un trabajo terapéutico con ellos que implica sanar las heridas que aún habitan en nosotros (de rechazo, ausencia, necesidades no cubiertas...) o almenos darles un lugar.
3. Colocarnos en el rol de "hijos" en lugar de jueces, padres o salvadores.
4. Tomar lo que tienen para darnos a un nivel álmico y llenarnos de lo que nos faltó. Así podremos estar en la vida llenos y dejar de dar y pedir fuera lo que otros no tienen para darnos.
5. Una vez llenos, dar a la vida todo lo que tenemos para dar. Es la manera de compensar el regalo tan grande que nuestros padres nos han dado: la vida.
💜 Ojalá podamos encontrar en nuestras relaciones un buen dar y un buen recibir. Que así sea.
Sandra Gamero
Terapeuta Gestalt & Consteladora familiar
Terapeuta Gestalt & Consteladora familiar