La adiccion a las redes sociales puede favorecer perder nuestra identidad creyéndonos que somos la imagen de una persona que hemos creado a nuestro gusto.

Así pues, en las redes sociales podemos aparentar estar felices, tener muchos contactos sociales, ser una persona que hace todo lo que dice, que sale mucho, que hace ejercicio, que lee libros de crecimiento personal, que hace coaching... Y así con características al gusto que la persona quiere transmitir a los demás y al mundo, y que cree que no posee o que le gustaría tener.

Podemos montarnos toda una historia detrás de ese personaje que se aleja bastante de la realidad. Es como un juego de rol donde creemos que somos el personaje y basamos nuestra vida en él.

Obviamente, construir una vida teniendo de base un personaje de rol, es fácil que se caiga en cualquier marea o tempestad, o cuando soplen vientos de cambio.

También es una proyección de la persona ideal en la que me gustaría convertirme o ser, aunque todavía estemos en pañales para llegar ahí.

Y también es una evasión de la vida que estoy viviendo ahora y de quien soy en este momento de mi vida. Hay algo de mi presente que no me gusta y me monto una fantasía para salir de ello. Es mi mecanismo de supervivencia, por lo que me creo una identidad falsa o un personaje que muestro al mundo como si fuera real.

En este proceso, podemos perder nuestra identidad y confundirnos con nuestro personaje. Nos alejamos bastante de nuestra esencia, de quien verdaderamente somos e ignoramos nuestras limitaciones y conflictos actuales, por lo que los alargamos más en el tiempo.

Creamos en torno a nuestro personaje toda una vida y toda una historia que no es verdad, y además vivimos para ello, para alimentarlo y que no se caiga.

A la larga, esto creará una crisis que es necesario abordar para recuperar poco a poco la persona que realmente somos y así construir una vida con cimientos sólidos y duraderos.

La crisis se puede traducir en depresión, vacío existencial, relaciones superficiales o que no llegan a concretarse o durar, soledad, falta de autoestima, explosiones de rabia, mal humor, estados de ánimo alterados, falta de propósito en la vida, sentirse confundid@ o perdid@, depender aún más de las redes sociales, dejar de vivir experiencias que nutren y alimentan el corazón, sentimientos de culpa, falta de apoyo...

Necesitamos consolidar nuestro yo profundo, darle voz y fuerzas, aprender a querernos y a estar con nosotros mismos, sanar nuestras relaciones más profundas... para construir una vida que realmente merezca la pena contarla y compartirla.

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