Cómo devocionar a Morrigan
noviembre 02, 2020La devoción a una Diosa no es pedir, sino dar. Es ofrecerle, no reclamarle.
Quién pide y no da nada a cambio, no está honrando a la Diosa, la intenta manipular.
Devocionar a una Diosa, en este caso a Morrigan, es mantener una relación de adultos. Yo doy, y Ella me ofrece. Vuelvo a dar, y Ella me bendice.
Podemos entregarle y darle muchas cosas a Morrigan: nuestro tiempo meditando con Ella, comprometiéndonos a cumplir alguna misión que Ella nos ha encargado, honrarla a través de los rituales dándole su valor y espacio en nuestra vida, llevar sus valores al mundo compartiéndolos (compromiso, honestidad, magia, sabiduría, decir nuestra verdad, mostrar quienes somos aún con miedo, defender y apoyar nuestra espiritualidad...).
Cualquier entrega que le hagas a Morrigan, Ella te lo recompensará.
La devoción máxima a una Diosa es entregándole tu vida a Ella. Dejar que Ella guíe tus pasos, que tome las decisiones mejores para ti, recibir sus inspiraciones diarias.
Cuando una Diosa es tutelar en tu vida y hay un firme compromiso con Ella, ya no hace falta que hagas esfuerzos. No hay lucha. La vida se vuelve sencilla, humilde. Ella se encarga de proveerte y de que cumplas con tu misión de vida.
No importa en qué fase de la devoción hacia Morrigan estés (si aún no confías en Ella del todo, si aún no la has incorporado a tu vida, si contactas con Ella sólo en las guardias...), lo importante es hacerse la pregunta: ¿Qué le estoy ofreciendo?
Sandra Gamero
Guardiana Madre de la Llama de Morrigan
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