¿Das tu opinión sin permiso?

diciembre 29, 2020

 

Dar nuestra opinión a día de hoy es algo natural y usual sobre todo en las redes sociales. 

No hay ningún límite a la hora de exponer nuestro punto de vista sobre cualquier tema, simplemente comentamos nuestro parecer a través de nuestras creencias y juicios personales. Necesitamos expresar lo que pensamos y así lo hacemos.

Hemos sido reprimidos durante mucho tiempo en nuestra expresión (en casa, en la sociedad, en la iglesia...) y ahora estamos viviendo una polaridad distinta que es la sobreexpresión de nuestros pensamientos y sentimientos. 

Todo aquello que no ha podido ser expresado por nuestros ancestros e incluso por nosotros mismos en el lugar, en el tiempo y a quien tocaba, lo estamos expresando nosotros de manera exarxebada muchas veces: en el lugar que no toca y a quien no toca. 

Desviamos esta expresión a las redes sociales a ver si encontramos lo que necesitamos o hacia otras personas enfadados expresando nuestro sentir a quien no puede hacer nada por nosotros o a quien no tiene nada que ver con lo que nos pasa. 

Uno de los problemas que suelo ver en este tipo de dinámicas es dar nuestra opinión a alguien sin su permiso sobre su vida o sobre algo personal que sólo le incumbe a la persona. 

Esta sobreexpresión de la que hablaba se ha convertido muchas veces en falta de respeto e invasión de la intimidad de otras personas. 

La falta de expresión personal en su vida personal es uno de los motivos por los que, personas que no conocemos o con las que no tenemos un vínculo de confianza, se permitan la licencia de hablar sobre nuestra vida o nuestros asuntos y expresar sus juicios y creencias sobre ellos. 

La falta o el exceso de límites personales, tanto ponerlos como haberlos recibido, es otro de los motivos por los que las personas no piden permiso para dar su opinión sobre ti, sobre tu vida o tus asuntos. 

A veces se puede confundir la sana expresión de nuestros pensamientos y sentimientos hacia la persona adecuada y en el momento adecuado, expresando lo que sentimos nosotros, de cómo vivimos ciertas actitudes o experiencias... 

con el escupir al otro nuestros juicios y creencias sobre algo, nuestro parecer que nadie nos ha pedido ni dado el permiso y echando toda la carga emocional que llevamos acumulada.

No es lo mismo. Y lamentablemente, solemos confundirlo. 

💜 Necesitamos aprender a pedir permiso al otro si quiere un punto de vista diferente. Y respetar su respuesta. 

💜 Necesitamos aprender a comunicar nuestros sentimientos y pensamientos desde el yo, desde nuestro sentir, en lugar de volcar nuestros juicios personales que lo que hacen es enturbiar y separar.

💜 Necesitamos expresar lo que nos pasa en el lugar adecuado y con la persona adecuada en lugar de proyectar nuestras frustraciones a los demás y al mundo.

💜 Necesitamos poner límites a los demás cuando nos sintamos invadidos o recibir límites cuando nos hemos pasado.

💜 Necesitamos tenernos en cuenta a nosotros mismos para tener en cuenta al otro y así salir de nuestro ombligo para descubrir que hay un otro a veces muy diferente a nosotros.

La expresión de nuestros pensamientos y sentimientos es muy importante en nuestra vida ya que si no lo gestionamos bien, podemos hacer daño a las personas que más queremos o hacer daño gratuitamente a un otro. 


Nota: Gracias a S por inspirarme a escribir este artículo. Tus experiencias nutren mi corazón y pueden ayudar a quien lo necesite. 


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