El placer es maravilloso, pero no dura. El placer se deriva de tus cinco sentidos: de una suculenta comida, de un vaso de buen vino o de un coche nuevo.
No hay nada malo en ninguna de esas cosas, hacen más agradable la experiencia de la vida.
Pero son pasajeras.
La felicidad. La felicidad es otra historia. La felicidad es como el ADN de placer. Mi idea es sencilla: el placer proviene de lo que está fuera de nosotros.
La felicidad viene de nuestro interior.
Es un estado que creas por tu propia elección.
Se trata de una decisión.
De un acto de voluntad.
La gente puede ser feliz incluso cuando atraviesa periodos de dolor y adversidad. No existe placer evidente en su vida externa; sin embargo, están contentos en su interior.
De modo opuesto, hay miles de personas rodeadas de placeres (coches veloces, bonitas casas, ropa cara) que no sienten ninguna alegría interior.
Por tanto, elige ser feliz.
No puedes controlar la vida que te rodea.
Te ocurrirán cosas tristes y difíciles.
Pero sí puedes controlar lo que ocurre dentro de ti.
Y quienes lo hacen alcanzan la grandeza”.
Robin Sharma.